Un fenómeno creciente, reunirse
después del trabajo en un lugar de moda con amigos o compañeros de la oficina.
Así puede definirse el after work, un fenómeno de origen anglosajón que ha
llegado a España para quedarse.
Un lugar donde tomar unas
copas, en el que olvidarse de los problemas de la jornada laboral o reírse de
ellos entre amigos y compañeros de trabajo, según la opinión de los expertos, tiene
claros beneficios emocionales y laborales entre los que lo practican con
asiduidad. También es una forma de ampliar tanto la red de contactos personales
como profesionales, ofrece la oportunidad de hacer networking, que los amigos y
compañeros nos sirvan de contactos profesionales para obtener un trabajo o una
mejor posición.
De la misma forma, las
empresas han descubierto que este escenario es muy apropiado para promocionar
sus productos o estrechar lazos con sus empleados y clientes. El after work
permite hablar y compartir momentos en un medio agradable y distendido, salir
de los escenarios habituales, para reforzar la relación en un nivel más
personal. Sirven para que los vínculos entre los profesionales de las distintas
empresas vayan más allá del teléfono y del correo electrónico.
El after work toma el
relevo de la caña de toda la vida en el bar de la esquina, cambia los hábitos
de consumo en España, con horarios cada vez más acordes al resto de Europa pues
se inicia sobre las siete de la tarde.
Las razones para asistir al after
work pueden ser varias: desconectar, socializar, sentirse parte del equipo de
trabajo… lo que está claro es que ha venido para quedarse.
