Decía el 13 de junio de 2012 en este blog, que llevo trabajando como Orientador Laboral y como técnico de formación
más de quince años, pero que no ha sido hasta estos últimos tres o cuatro años
cuando he notado entre las personas que atiendo un sentimiento de miedo tan
importante y generalizado.
Terminaba la entrada diciendo que “Ante
este miedo, si nos sentimos paralizados, es necesario que acudamos a personal
cualificado que nos pueda ayudar a superarlo”.
Hace unos días
aparecía un artículo en el periódico eldiario.es que tiene como título “La vida rota y sin dinero para el psicólogo”.
En el artículo
podíamos leer “Quedarse en paro, no tener perspectivas de encontrar un trabajo,
dejar de poder pagar la hipoteca, afrontar un desahucio, irse a la cama con la
angustia de no saber si podrás mantener a la familia... La crisis ha hecho que
cada vez más personas pasen por situaciones críticas en las que puede ser
necesaria la atención psicológica.”
El problema es que
si no hay dinero para pagar la hipoteca, para vestir, comer,… ¿cómo se pude
pagar al psicólogo?
En la sanidad
pública existen largas colas de espera y con citas muy espaciadas. Son otro tipo
de entidades las que intentan paliar esta falta de recursos, prestando atención
psicológica de forma gratuita o a bajo costo, a personas que tienen pocos
recursos y no se lo pueden costear
Como decía en la
entrada de junio el quedarse sin empleo crea sentimientos de inferioridad,
apatía, estrés, nos hace perder el rumbo, sentimientos que pueden desencadenar
altos grados de ansiedad que avoque en una depresión.
Existen formas de
atención psicológica sin necesidad de acudir a un despacho o a una consulta,
sin desplazarnos. La atención se realiza a través de teléfono o de internet por
medio de videollama. Utilizar el teléfono, el correo electrónico, la
videfollamada,… posibilita que la atención sea más económica.