El Día Internacional
de los Trabajadores o Primero de Mayo, es la fiesta por antonomasia del
movimiento obrero mundial. Es una jornada que se ha utilizado habitualmente
para realizar diferentes reivindicaciones sociales y laborales. En muchos
países se realizan grandes desfiles o manifestaciones de organizaciones
laborales y sindicales, y de trabajadores independientes.
La conmemoración del
Día Internacional del Trabajo tiene su origen en un episodio de la historia
laboral norteamericana, “Los Mártires de Chicago”, obreros de una empresa
estadounidense muertos en esa ciudad en el año de 1886, por llevar a cabo una
huelga en demanda de una jornada laboral de ocho horas.
El 1° de mayo de 1886
la huelga por la jornada de ocho horas estalló de costa a costa de los Estados
Unidos. Más de cinco mil fábricas fueron paralizadas y 340.000 obreros salieron
a calles y plazas a manifestar su exigencia. En Chicago los sucesos tomaron
rápidamente un sesgo violento, que culminó en la masacre de la plaza Haymarket
(4 de mayo) y en el posterior juicio amañado contra los dirigentes anarquistas
y socialistas de esa ciudad, cuatro de los cuales fueron ahorcados un año y
medio después.
Cuando los mártires de
Chicago subían al cadalso, concluía la fase más dramática de la presión de las
masas asalariadas (en Europa y América) por limitar la jornada de trabajo. Fue
una lucha que duró décadas y cuya historia ha sido olvidada, ocultada o
limpiada de todo contenido social, hasta el punto de transformar en algunos
países el Primero de Mayo en mero “festivo” o en un día franco más. Pero sólo
teniendo presente lo que ocurrió, adquiere total significación la fecha
designada desde entonces como “Día Internacional de los Trabajadores”.
El Primero de Mayo se celebra
en gran cantidad de países de todo el mundo, en España se celebró por primera
vez en 1890. Curiosamente, países como Estados Unidos y Canadá no celebra esta
fiesta el 1 de mayo, sino que tiene su propio día, el primer lunes de cada mes
de septiembre.