La
palabra curículum no está registrada en el Diccionario (de la RAE),
en español es currículo (Conjunto de estudios y prácticas
destinadas a que el alumno desarrolle plenamente sus posibilidades.)
o currículum vítae (Relación de los títulos, honores, cargos,
trabajos realizados, datos biográficos, etc., que califican a una
persona).
Recuerdo
que haces unos años una persona me comentó que en una empresa no le
habían recogido el “currículum” porque en el encabezado había
puesto currículo. Yo desde entonces siempre he aconsejado poner
currículum vítae.
Bromas
a parte, periódicamente aparecen consejos sobre como hacer el
currículo, hoy he leído un artículo en el diario Expansión que
quiero comentar brevemente, pues no dice nada nuevo.
Nos
dice que debe ser claro, conciso y muy visual que de un sólo golpe
de vista el entrevistador descubra tus capacidades y tus logros.
Uno
o dos folios de Word (también
pdf puede se un buen formato)
con tu vida laboral puede ser la llave para acceder al mercado de
trabajo. Por tanto, los contenidos, la estructura, la forma y la
limpieza son aspectos a los que debes prestar especial atención.
Muchos responsables de selección reconocen que invierten menos de
veinte segundos en evaluar cada vida laboral, ten en cuenta que
cuando una empresa examina una pila de papeles (muchas
empresa no quieren el currículo en papel) lo que busca son unos pocos
elementos decisivos que normalmente se reducen a entre seis y diez
requisitos.
Cuida
las formas. Aunque la necesidad de cuidar la historia laboral parece
obvia, según un estudio de Adecco, un 80% de los currículos no
contienen la información adecuada o están mal redactados. Se debe
escribir pensando en la persona que lo va a recibir. Por tanto, el
documento debe ser breve y conciso, pero sobre todo adaptado y
actualizado a cada oferta de trabajo (muchas
personas siguen haciendo el currículum vítae como un mero tramite).
Desde
Adecco puntualizan que en ámbitos más técnicos como el diseño o
la arquitectura se encuentran modelos de currículo más creativos
que intentan llamar la atención del responsable de selección (sin
pasarse, pues a veces son ilegibles).
Cuando
un reclutador coge un currículo hace una lectura trasversal y lo
primero que debe llegarle a la vista es cuál es tu rasgo
diferenciador. Es fundamental destacar en primer lugar aquello que
nos hace diferentes.
Aunque
no hay una estructura fija, los expertos aconsejan situar primero los
datos personales y en este apartado también es importante incluir el
link a blogs o perfiles en redes profesionales. Tras estos datos,
destacar la experiencia profesional antes que la formación (hay
expertos que opinan lo contrario).
Puntos
a los que debes prestar atención:
-.
Los fallos más comunes están relacionados con la exposición de los
contenidos (capacidades y conocimientos) o el estilo (la información
es difícil de localizar y no está expresada en un lenguaje
sencillo).
-.
Destaca tus cualidades. Los candidatos más jóvenes suelen escribir
demasiado de sus calificaciones y poco de sus capacidades. Éstas
deben ser visibles entre las 30 primeras palabras que lea el
reclutador.
-.
Sé directo. Evita los adjetivos huecos y los clichés de libro.
Céntrate en lo que has hecho más que en lo que crees que eres. Y,
sobre todo, no engañes. Las mentiras no cuelan.
-.
Sólo datos relevantes. Dos páginas son aceptables, tres admisibles
y más no hablan bien de ti. Si tu trayectoria es corta no sufras por
estirarla; el resultado puede ser desastroso.
-.
Aporta documentación. Respalda tus afirmaciones con suficientes
pruebas documentales (yo
opino que debe ser siempre que te lo pidan).
-.
No evites los periodos de inactividad en tu vida laboral. Trata de
explicar con detalle (pero
sin pasarse) en qué has
empleado y cómo has aprovechado ese tiempo.
Siempre
es bueno acudir a un orientador profesional.