sábado, 5 de enero de 2013

Ya ha llegado el 2013


Ya está, ha llegado el 2013, hemos cambiado de año y con el cambio de año esperamos nuevos cambios en nuestra vida, sobre todo si nos encontramos entre los millones de parados que buscan y buscan trabajo y no lo encuentran.

Los españoles, y supongo que los griegos, los portugueses, italianos,… los del sur, vaya, hemos terminado el 2012 desmoralizados, con una autoestima por los suelos, viendo un presente cada vez más oscuro y un futuro negro, muy negro.

Solo hay que mirar las caras de la gente en la parada del autobús, en el metro o en la cola del paro, para darnos cuenta de que la sociedad española es una sociedad desmoralizada de forma colectiva y a nivel individual; caras tristes, serias, alejadas de las risas y alegrías de hace unos años, que transmiten impotencia, el no comprender el porqué hace unos años vivíamos como ricos (quien viviera), comprábamos pisos, televisiones de plasma, coches, hacíamos viajes al extranjero, recibíamos créditos fáciles para todo, y ahora, de buenas a primeras, nos dicen que todo eso se terminó, que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y que somos un país que debe mucho dinero y hay que pagarlo.

Estamos viendo que los no tienen trabajo tienen miedo de no encontrarlo, los que lo tienen de perderlo, la prestaciones y subsidios de desempleo desaparecen, no sabemos lo que va a ocurrir con la seguridad social o las pensiones. En la sociedad se está instalando un miedo, alentado por cierto modelo económico e ideológico, que produce un tremendo desasosiego a nivel individual como colectivo.

Sabemos que hay muchos españoles que lo están pasando muy mal, que viven su pobreza en silencio, con discreción, sin decir nada a sus familiares, amigos o vecinos. Algunas de estas personas, que las han llevado hasta el límite, ante la desesperación optan por quitarse la vida.
Antes de llegar a esa situación es necesario pedir ayuda a expertos, hablar con familiares o amigos, no encerrarse en los problemas y buscar soluciones.

Tenemos unos políticos descafeinados, que dicen sin decir, que no saben si van o vienen, que piden esfuerzos siempre a los mismos, pero la sociedad española es fuerte, trabajadora, creativa, innovadora, solidaria, y más pronto que tarde, vamos a salir de esta.