Cada vez es más
frecuente que empresas como compañías de
seguros, inmobiliarias, bancos, etc. ofrecen la oportunidad de
trabajar mediante un contrato mercantil, pero ¿qué es el contrato mercantil?
El contrato mercantil
es un tipo de contrato a través del cual, una persona
física o jurídica, se compromete de forma voluntaria, a prestar unos servicios a
una empresa o empresas por un precio o por una comisión determinados.
Con un contrato
mercantil el trabajador es independiente, no depende de un empresario que le
organiza cómo deber hacer su trabajo pues utiliza sus medios propios y la
retribución depende de los resultados. Se convierte
en autónomo. Pasa a ser empresario de sí mismo.
Como trabajador autónomo, debe darse de alta en el régimen de
autónomos, la empresa o empresas para las que trabaja no cotiza por él a la
Seguridad Social, no tiene derecho ni a bajas, ni a vacaciones, ni finiquito,…
En este caso el
trabajador emite una factura para que la empresa le pague. Esa factura lleva
IVA y retenciones de IRPF.
Con un contrato
mercantil no se cotiza para el paro, salvo que el trabajador haya elegido la
cotización especial por desempleo dentro de su modalidad de autónomo.
Si nos ofrecen este
tipo de contrato debemos reflexionar sobre sus ventajas e inconvenientes.
Algunas de las ventajas puede ser el no tener jefes, la flexibilidad de
horarios, la posibilidad de trabajar para varias empresas, etc.
Muchas veces el
trabajador acepta el contrato mercantil porque no le queda otra alternativa,
hoy día hay muy pocas ofertas de empleo con contrato laboral y sin pensar en
las desventajas, tenemos que pagar el autónomo, se gane o
no se gane dinero, Hacienda, la SS, que se pierde la condición de trabajador, si
realmente servimos para esa profesión, etc., nos aventuramos a firmar un contrato
mercantil.
En épocas de crisis proliferan
los contratos mercantiles porque muchas empresas no se quieren comprometer a
contratar a trabajadores y asumir costes fijos, pero en la práctica continúan
organizando y supervisando la actividad del empleado como si fuera parte de su
plantilla laboral.
El contrato mercantil es una opción más de acceder al mercado laboral pero
sin duda, a quien más beneficia es a la empresa. Se trata de una forma de
adquirir capital humano sin generar gastos. El trabajador asume todos los
riesgos y el empresario muy pocos o ninguno.
Antes
de firmar cualquier contrato, es importante conocer las condiciones exactas en
las que se va a desarrollar la actividad profesional, para evitar perder tiempo
y dinero.
En el contrato mercantil se deben expresar con claridad, los servicios que
se van a prestar con todo lo que está incluido y excluido de lo pactado.
Otra cuestión
importante, es que no se puede estar cobrando del paro y trabajar al mismo
tiempo con un contrato mercantil. Si el SEPE lo detecta existirá una sanción
para el trabajador. Hay que elegir entre tener un contrato mercantil (aunque no
se tengan beneficios) o cobrar el paro.